Saltar al contenido

Historias del calcio, de Enric González

2 noviembre 2009

Er cucchiaio, «la cuchara», es la marca de fábrica del mejor futbolista italiano. Un toque suave, por debajo del balón, que eleva la trayectoria unos metros y luego la deposita en el suelo, dentro de la portería. Una de esas jugadas caprichosas que pueden hacerse cuando se gana por mucho y queda muy poco partido. Una burla amable al contrario y un guiño al público. Una broma, algo que no se hace en el momento más crucial del año. Lo que pasa es que Totti es Totti. El capitán de la Roma tendría poco de qué hablar con Einstein, pero la inconsciencia le da a su juego el toque de locura y genio de los grandes idiotas del fútbol. Totti forma parte de la dinastía de Garrincha, Best, Gascoigne, Cassano. Con la ventaja de no ser cojo, ni alcohólico, ni paranoico.

Historias del calcio. Una crónica de Italia a través del fútbol es una recopilación de los artículos que el periodista Enric González publicó en la sección de deportes de El País durante cuatro temporadas, desde la 2003-2004 a la 2006-2007. Al periodista catalán le ofrecieron un espacio en el diario desde el mismo momento en que comenzaba su labor como corresponsal en Roma, trabajo que también ha realizado para el mismo periódico en otras ciudades de referencia mundial como son Londres, París, Washington o Nueva York. Los artículos de opinión de Enric González son, y lo digo sin temor a estar siendo demasiado atrevido, lo mejor de cada lunes en El País. En ellos, la línea entre periodismo y literatura se vuelve verdaderamente fina. Puede estar hablando sobre la más rabiosa actualidad o quizá de un personaje semi-desconocido recordado por algo que ocurrió hace décadas. Al fin y al cabo, y esto es lo que cuenta, siempre suele ser una buena historia, a la que aporta su personalidad, irónica pero elegante. Estos artículos, que en formato de libro no ocupan más de dos páginas cada uno, son un gran ejemplo de eso que los profesores de las facultades de periodismo llaman ritmo.

Enric González

Lo habitual es pensar que fútbol y literatura son una pareja extraña condenada a no entenderse, que navega directa al fracaso y la indeferencia por parte de los dos sectores, a no ser que seas Jorge Valdano o Enrique Vila-Matas. Pero en este caso estamos hablando de Italia, un país peculiar al que a veces nos cuesta entender y para el que el fútbol no es sólo una religión, es quizá algo más importante. Esta pasión irracional ha llevado a crear en Italia una verdadera cultura alrededor de este deporte, del que han nacido historias asombrosas, dignas de ser contadas. A través de la actualidad futbolística, la historia, la política o puras anécdotas, Enric González nos va ofreciendo un retrato del carácter de los italianos.

Arriba, Dino Zoff con la Copa del Mundo de 1982. Abajo, Genaro Gattuso con el Milan.

Desde la poderosa Juventus de Turín, el equipo de la Fiat, seria, trabajadora y siempre triunfadora, a los dos equipos de Milán, el multimillonario pero sufridor Inter y el Milan, el equipo de los proletarios y también de Berlusconi. La superioridad del norte trata de discutirse desde la capital, con la Roma de Totti y el equipo «posfascista» por definicion, la Lazio. Pero no todo queda ahí, pues la pasión por el fútbol da para mucho más en todo el territorio italiano, selección aparte. Ahí está el Nápoles por ejemplo, dormido en los laureles de su breve éxito, aún soñando con Maradona; el atormentado y romántico Torino, el verdadero equipo de los turineses, con un pasado glorioso y las desgracias más increíbles; o actores secundarios pero con su momento de gloria, y por supuesto varias historias que contar, como son los casos del modesto Chievo de Verona, el comunista Livorno o el Siena. Si hablamos de nombres propios, tenemos al ídolo Totti, que no es más que la Roma personificada; Gattuso, el emblema del antifútbol y a la vez directamente responsable de los recientes éxitos del Milan; los eternos Alessandro del Piero o Roberto Baggio; el violento Materazzi, apodado «Matrix» por su tendencia a las patadas voladoras o los problemáticos pero geniales Vieri y Cassano. Una larga lista de personajes como poco interesantes.

Está claro que, para disfrutar al cien por cien de Historias del calcio, es recomendable conocer de algún modo el fútbol italiano. Recomendable pero no estrictamente necesario, pues puede ser una experiencia enriquecedora tanto para el que tenga curiosidad por conocer un poco mejor a los italianos como para el que simplemente quiera leer una buena historia.

3 comentarios leave one →
  1. Von Krolock permalink
    2 noviembre 2009 10:37 pm

    Realmente, soy una persona a la que el fútbol le interesa bien poco por no decir nada. A pesar de las insistencias ( frustradas, por cierto. )de mis amigos mas cercanos para que me aficione a tan dichoso y megalomano deporte.
    Por lo que, el libro comentado no me suscita el mas mínimo interés… lo contrario que el artículo.

    Y es que a pesar de la brevedad del mismo es para quitarse el sombrero lo bien escrito que está, Enhorabuena Bruno, por que me han entrado ganas de leerme un libro que en mi vida ojearía dos veces.

    ¡¡ Seguid así ¡¡

  2. 3 noviembre 2009 4:30 am

    Totti es un dios romano… mu bonico brunin 🙂

  3. 3 noviembre 2009 12:38 pm

    ¡Muchas gracias!
    Como me alegro de haber podido causar ese efecto. Así da gusto, esto marcha.

Replica a Von Krolock Cancelar la respuesta